EVANGELIO DE LUCAS.

14.06.2013 21:59

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Lucas cap. 10: v 1 al v 9

Después de esto, el Señor eligió a otros setenta y dos discípulos y los envió de dos en dos, delante de él, a todas las ciudades y lugares a donde él debía ir.
Les dijo: <Hay mucho que cosechar, pero los obreros son pocos; por eso rueguen al dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha.
Vayan, pero sepan que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni saco, ni sandalias. Y no traten de hospedarse donde algún conocido. En la casa que entren, digan como saludo: Paz en esta casa. Si ahí vive un hombre de paz, recibirá esta paz que ustedes le traen; pero si no la merece, la bendición volverá a ustedes. Quédense en esa casa, comiendo y bebiendo lo que les den; porque el obrero merece su salario. No vayan de casa en casa. En toda ciudad que entren y los acojan, coman lo que les sirvan, sanen sus enfermos y digan a ese pueblo: El Reino de Dios ha llegado a ustedes.
ENSAYO:
Cuando nos hemos decidido seguir con fidelidad a Jesús y a su enseñanza, él mismo, por medio de nosotros, elegirá a otros discípulos para que, guardando y enseñando a cumplir fielmente todo lo que nos ha encomendado a través de sus mandatos y enseñanza, se vayan formando nuevos discípulos para que cuando se llegue el tiempo de la cosecha, ésta sea en forma abundante.
Seremos enviados a los lugares en donde las tradiciones religiosas de cualquier tipo están muy arraigadas, las cuales tratarán en lo posible, de que no nos escuchen, por lo mismo, deberemos reafirmar la encomienda en el plano espiritual a la que hemos sido enviados no pretendiendo obtener ningún beneficio material de ninguna especie para no contaminarla, por eso no llevemos bolsa ni saco ni sandalias, es decir: no llevemos en la mente el recibir algún estímulo económico o material, no llevemos tampoco sacos en donde almacenar alabanzas y honores personales, ya que estos deberán de ser para el que nos ha enviado con poder y sabiduría de Dios, Jesús y, mucho menos, calcemos sandalias que nos encadenen nuevamente al mundo tradicionalmente religioso y materialista al que somos enviados, sino más bien, afiancemos nuestros pies con el calzado del amor y la misericordia de Dios.
No hagamos morada en la mente de familiares, amigos y conocidos, para no ser objeto de la admiración y el respeto que le pertenecen a Jesús.
En el lugar en que seamos recibidos, ya sea entre gente buena o pecadora, siempre debemos desearles la paz del Señor sabiendo que esa bendición permanecerá en donde sea bien recibida, y donde no, regresará a nosotros.
A todo fiel seguidor de Jesús y su enseñanza se le ha hecho saber que le es permitido comer y beber de lo que se les de, ya que ningún alimento se debe de considerar impuro porque todo viene del mismo Dios. No prediquemos a las personas de uno en uno y ver quién es más fiel con nosotros o de quién recibimos los mejores elogios u ofrendas o limosnas, porque si somos tentados para hacerlo estaremos permitiendo ser desviados del tiempo, del orden y propósito de Dios en la encomienda que nos ha sido confiada, así que lo que debemos de hacer, es agradecer en el Nombre de Jesús todo lo que él permita que recibamos, dando testimonio de esto sanando a los enfermos y anunciándoles que el Reino de Dios se ha acercado a ellos.

Lucas cap. 10: v 10 al v 16

Pero, en cualquier ciudad donde entren y no los acojan, salgan a las plazas y digan: Hasta el polvo de la ciudad, que se nos ha pegado en los pies, lo sacudiremos y se lo dejaremos. Con todo, sépanlo bien: el Reino de Dios está muy próximo. Yo les declaro que, en el día del juicio, la ciudad de Sodoma será tratada con menos rigor que esta ciudad.
¡Pobre de ti, ciudad de Corazaín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se han hecho en ustedes se hubieran realizado en Tiro y Sidón, hace mucho tiempo que sus habitantes habrían hecho penitencia, vestidos de saco y sentados en la ceniza. Por eso Tiro y Sidón, en el día del juicio, serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tu, ciudad de Cafarnaún, ¿crees que te alzarás hasta el cielo? Serás precipitada hasta el lugar de los muertos.
El que los escucha a ustedes, a mi me escuchan; el que los rechaza, a mi me rechaza, y el que a mi me rechaza, rechaza al que me envió.>
ENSAYO:
Cuando proclamemos el Reino de Dios dando a conocer los tiempos nuevos de la voluntad de Dios en su orden y propósito, aquellos que no han querido o no han sido enseñados a separar convenientemente lo espiritual de lo material y han seguido llevando la enseñanza de Jesús según sus pensamientos tradicionales religiosos para seguir haciendo lo que les conviene de acuerdo a su libre albedrío creyendo que la fidelidad que le han guardado al hombre y sus tradiciones religiosas es la voluntad de Dios y creyendo también que de esta manera están siendo aprobados por Dios, muchos no querrán conocer nada que los pretenda sacar de sus tradiciones religiosas para que en verdad se guarde y se enseñe a cumplir los mandatos y enseñanza de Jesús como la indiscutible voluntad de Dios. Si esto sucede, salgamos de ahí diciendo: Si alguna tradición religiosa ha querido instalarse en nosotros, como el polvo a los zapatos lo sacaremos de la mente y se lo devolveremos para no llevarnos nada de lo suyo, pero con todo, sépanlo bien; El Reino de los Cielos está muy cerca y en el centro de todos, y muchos no lo quieren ver porque no quieren conocer de Dios a través del estudio, reflexión y meditación de la enseñanza de Jesús que su Palabra contiene, ya que han sido motivados a seguir enseñanzas y mandatos de hombre, y no a seguir las enseñanzas y mandatos de Dios a través de Jesucristo como la indiscutible voluntad de Dios.
Pero no solo eso, sino que la enseñanza de Jesús ha sido adulterada con otras creencias religiosas, o se ha querido perfeccionarla con pensamientos de humana sabiduría, o aderezada con enseñanzas de tiempos que ya pasaron, y sin querer queriendo, se ha suprimido su verdadera esencia para adaptarla a las necesidades, ambiciones y pasiones humanas, lo que la han invalidado a los ojos de Dios.
Pobres de quienes así lo han hecho, porque aún, los que nunca han escuchado la enseñanza de Jesús serán tratados con menos rigor que aquellos que han hecho lo que han querido con su enseñanza. Y estos que así se han conducido ¿creen que serán alzados hasta el cielo? Serán precipitados a caer nuevamente en el lugar de los muertos al que siempre han pertenecido, porque han rechazado guardar y enseñar a cumplir con fidelidad los mandatos y enseñanza de Jesús como la indiscutible voluntad de Dios..
Por eso, quienes creen en él en los tiempos, en el orden y propósito de Dios a través de su Palabra, hará que quienes los escuchen, escuchen a Jesús, y el que escuche a Jesús estará escuchando al Padre que lo envió. Pero el que los rechace, estará rechazando a Jesús, y el que rechace a Jesús, estará rechazando al Padre que lo envió.

Lucas cap. 10: v 17 al v 24

Los setenta y dos volvieron muy felices diciendo: <Señor, en tu Nombre hasta sometimos a los demonios.> Jesús les dijo: <Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Sepan que les di el poder de pisotear las serpientes, a los escorpiones y a todas las fuerzas del enemigo, y nada podrá dañarles a ustedes. Sin embargo, no se alegren porque someten a los demonios; alégrense más bien porque sus nombres están escritos en el cielo.>
En ese mismo momento, Jesús, movido por el Espíritu Santo, se estremeció de alegría y dijo: <Yo te bendigo Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes y se las has mostrado a los pequeñitos. Si, Padre, así te pareció bien. Mi Padre puso todas las cosas en mis manos, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo quiera dárselo a conocer.>
Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos aparte: <¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque, se lo digo, muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.>
ENSAYO:
Cuando estemos reunidos en oración y le rindamos cuenta a Jesús de los resultados de nuestra misión, y le platiquemos que en su Nombre sometimos a los demonios que impedían a muchos hombres escuchar su Palabra, que es Palabra de Dios y que además, usamos el poder que él nos ha otorgado para resistir y poner bajo su autoridad a todo espíritu de maldad que quiso atacarnos con sus armas religiosas tradicionales para convencernos de regresar a ellas. Solo que nada podrá hacerlo porque tenemos el poder de la enseñanza de Jesús en su esencia espiritual. Esto nos hace diferentes a aquellos que se alegran sólo por echar fuera demonios y hacen curaciones en el Nombre de Jesús, alegrémonos porque nuestros nombres están escritos en el Cielo por guardar y enseñar a cumplir su Palabra como la voluntad de Dios, ya que ésta la hemos colocado sobre el cerro enorme de todo conocimiento de Dios que nos han inculcado de acuerdo a tradiciones religiosas y materialistas, para que nuestras mentes queden limpias como la de un niño recién nacido, listo para recibir la esencia de la enseñanza del conocimiento de Dios que Jesús nos comparte a través de su Palabra, la cual hará que seamos plantados en el Reino de Dios.
Por lo anteriormente dicho, es por lo que debemos despojar del primer lugar a las tradiciones religiosas y materialistas del conocimiento humano que nos mantiene sembrados y con raíces fuertes y poderosas en este mundo, y coloquemos en ese lugar a la sabiduría de Dios, para que Jesús en su Palabra, nos siga enseñando cosas que no podrán ser vistas ni entendidas por hombres sabios e inteligentes que se cierran a las cosas espirituales de Dios a través de Jesucristo Señor nuestro.

Lucas cap. 10: v 25 al v 37

Se levantó un maestro de la Ley y, para ponerlo en apuros, le dijo: <Maestro, ¿que debo hacer para conseguir la vida eterna?> Jesús le dijo: <¿Que dice la Biblia? ¿Que lees en ella?> Contestó: <Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con todo tu espíritu; y a tu prójimo como a ti mismo.> Jesús le dijo: <Tu respuesta es exacta; haz eso y vivirás.> Pero él quiso dar el motivo de su pregunta y dijo a Jesús: <¿Quién es mi prójimo?>
Jesús empezó a decir: <Bajó un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de bandidos que lo despojaron de todo. Y después de haberlo molido a golpes, se fueron dejándolo medio muerto.
Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote, quien al verlo pasó por el otro lado del camino y siguió de largo. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado del camino y siguió de largo.
Pero llegó cerca de él un samaritano que iba de viaje, lo vio y se compadeció. Se le acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó. Después lo puso en el mismo animal que él montaba, lo condujo a un hotel y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al hotelero, diciéndole: <Cuídalo. Lo que gastes de más, yo te lo pagaré a mi vuelta.>
Jesús entonces preguntó: <Según tu parecer, ¿cuál de estos tres se portó como prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?> El contestó: <El que se mostró compasivo con él.> Y Jesús le dijo: <Vete y haz tu lo mismo.>
ENSAYO:
Recordemos que el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios en cuerpo, alma (mente) y espíritu, personalidades con diferentes funciones cada una pero formando un sólo ser. Muchos así lo entendemos y lo aceptamos, sin embargo y a pesar de aceptar lo anterior, muchos no alcanzamos a comprender cómo es que Dios, siendo único, tenga tres personalidades realmente distintas, que son: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y esto se da porque no se ha llegado al conocimiento de que, cada una de esas personalidades que conforman a Dios tienen una función muy diferente entre ellas pero que realmente forman al Dios único en su esencia, substancia y eternidad, sin principio ni fin y dándole sentido a todas las cosas creadas por él en el principio y fin de las mismas.
¿Quién es mi prójimo? Se hace necesario entender bien esta pregunta, ya que Jesús nos dice que nuestro prójimo es aquel que se acerca con la disposición de ayudarnos en situaciones difíciles o extremas sin esperar recibir recompensa ni reconocimiento, y por eso debemos mostrarnos agradecidos con él y amarlo como si fuéramos nosotros mismos.
Por eso se nos hace saber que aquel que se desvía a otro lado fingiendo no vernos disculpándose a sí mismo por no tener tiempo para ayudarnos en lo posible, no se está comportando como nuestro prójimo, sin embargo no esperemos misericordia o compasión de otros para que nosotros nos portemos como prójimo para los demás, sin importar su sexo, credo o religión, posición social, edad o nacionalidad, ya que en nosotros está el amor y la misericordia de Dios a través de Jesucristo. Así que ese amor que Jesús nos tiene, demostrémoslo a nuestros semejantes para hacernos dignos de vivir y disfrutar el Reino de Dios en este mundo siendo verdaderos prójimos para los demás.

Lucas cap. 10: v 38 al v 42

Yendo de camino, entró Jesús a un pueblo y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana de nombre María, que se sentó a los pies del Señor para escuchar su Palabra. Marta, en cambio, estaba muy ocupada con los muchos quehaceres. En cierto momento se acercó a Jesús y le preguntó: <Señor, ¿no se te da nada que mi hermana me deje sola para atender? Dile que me ayude.>
Pero el Señor le respondió: <Marta, Marta, tu te inquietas y te preocupas por muchas cosas. En realidad, una sola es necesaria. María escogió la parte mejor, que no le será quitada.>
ENSAYO:
Cuando invitamos a Jesús a ocupar el lugar de honor en la habitación alta, es decir: en nuestra mente y postrarnos a sus pies para escuchar su enseñanza sin distracciones, entraremos con él en unidad con el Espíritu Santo, a la presencia misma del Padre para darle la honra, la gloria y alabanza a Dios en su Trinidad Santa y Perfecta, colocándonos en el tiempo, en su orden y propósito para nuestras vidas, recibiendo, sintiendo y transmitiendo el gozo, la felicidad, el amor, la fe, la esperanza y la misericordia que Dios tiene para todo aquel que lo quiera recibir al aceptar su voluntad. Esto será en semejanza a lo que María escogió, para que nada nos aparte del estudio, reflexión y meditación de su Palabra como la indiscutible voluntad de Dios para tener acceso a su esencia espiritual, porque las muchas ocupaciones cotidianas nos distraen a cada momento de lo mejor, que es escuchar, reflexionar y meditar en los mandatos y enseñanza de Jesús para tener acceso a su esencia espiritual.

 

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