EVANGELIO DE LUCAS.

14.06.2013 21:49

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Lucas cap. 8: v 1 al v 3

Jesús iba recorriendo ciudades y aldeas, predicando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres a las que había sanado de espíritus malos o de enfermedades: María, por sobrenombre Magdalena, de la que habían salido siete demonios: Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana, y varias otras que los atendían con sus propios recursos.
ENSAYO:
Debemos de reconocer que la mujer tiene un papel sumamente importante en la enseñanza de Jesús, ya que su natural sensibilidad le permite creer más en lo que recibe de él en lo físico y espiritual, que el hombre, esto, por la dependencia casi absoluta del hombre que Dios le impuso a la mujer por su desobediencia y que culminó con el destierro de ambos, del Paraíso, al mundo maldecido por Dios, es decir: fueron transferidos del polo positivo, al polo negativo, por lo mismo, Jesús no vino sólo a liberar al hombre de las cadenas que permitió le fueran colocadas, sino también vino a liberar a la mujer de esas mismas cadenas para que tuviera la misma oportunidad que el hombre al retornar ambos al Reino de Dios en su imagen y semejanza de Dios.

Lucas cap. 8: v 4 al v 15

Estaban reunidas muchísimas personas que habían venido a verlo desde muchas ciudades. Entonces empezó a hablarles por medio de comparaciones:
<El sembrador salió a sembrar. y, mientras sembraba, una parte del grano cayó al borde del camino, la pisotearon y las aves del cielo se la comieron. Otra parte cayó sobre la roca y después que brotó, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre espinos, y los espinos al crecer la ahogaron. Otra cayó en tierra buena, creció y produjo el ciento por uno.>
Y, al terminar, Jesús clamaba: <El que tenga oídos para oír, oiga.>
Y sus discípulos le preguntaron lo que quería decir esta comparación. Jesús les contestó: <A ustedes se les concede conocer los misterios del Reino de Dios: los otros no tendrán más que comparaciones para que vean sin ver y oigan sin comprender.
Esto es lo que significa la comparación: La semilla es la palabra de Dios. Los que están al borde del camino son las que han oído, pero después viene el diablo y arranca la palabra de su corazón, pues no quiere que crean y se salven. Los que están sobre la roca son los que, cuando oyen la palabra la acogen con alegría, pero no tienen raíz. No creen más que por un momento y fallan en la hora de la prueba. Lo que cayó entre espinos son los que han oído, pero, al pasar el tiempo, las preocupaciones, la riqueza y los placeres de la vida los ahogan, de suerte que no llegan a madurar. Y los que están en buena tierra son los que reciben la palabra con un corazón noble y generoso, la conservan y producen fruto por ser constantes.
ENSAYO:
¿Dónde sentimos que hemos colocado nosotros la semilla de la fe de Dios que debería florecer a través de la enseñanza de Jesús como la voluntad de Dios? Meditemos...
Definitivamente y por el hecho de estar estudiando, reflexionando y meditando en su enseñanza, no la hemos colocado al borde del camino, pero, ¿Cuántos lo hacemos con alegría y gozo cuando estamos reunidos para eso? ¿Cuántos hemos derramado lágrimas de arrepentimiento pidiendo perdón por nuestros pecados y no nos hemos convencido de que ya hemos sido perdonados y seguimos clamando el mismo perdón por los mismos pecados?
¿Cuántos al salir de los lugares de estudio, meditación y oración de su Palabra, volvemos a colocar encima de las fuerzas infinitas del Poder y Sabiduría de Dios depositadas en Jesús, al hombre tradicional, ese que confía en sus fuerzas finitas en lo físico y emocional, y sobre todo, en sus conocimientos mundanos para solventar sus necesidades, salir de situaciones adversas y superar miedos y angustias.
Quien así lo sigue haciendo ha preferido colocar la semilla de la fe de Dios que Jesús vino a cuidar y abonar, encima de las rocas.
¿Cuantos hombres y mujeres, a pesar de conocer de los mandatos y enseñanza de Jesús  y se han convertido, no la han hecho completamente suya porque se han desenvuelto y desarrollado en ciertos ambientes religiosos que los ha cautivado para no ver, o no querer hacerlo, la verdad en la enseñanza de Jesús y así se han dejado arrastrar por cualquier corriente en la que serán conducidos a la miseria espiritual más espantosa por no querer recuperar los tesoros que los aguardan en el Reino de Dios. Quienes así se comportan, son los que han colocado la semilla de la fe de Dios que Jesús vino a cuidar y abonar, entre espinos.
Quienes han estado estudiando, reflexionando y meditando en los mandatos y enseñanza de Jesús y la han guardado y puesto por obra tratando de no desviarse ni a la derecha ni a la izquierda y teniendo cuidado de no contaminarla con pensamientos humanos tradicionalmente religiosos y materialistas y siguen perseverando en ello, son los que han estado produciendo y cosechando Fruto Espiritual, bueno y dulce como el amor, la humildad, la paciencia, la templanza, la fortaleza, el vigor, la misericordia, la sanidad mental y la prosperidad espiritual, lo que a su debido tiempo se traducirá en prosperidad material que colmarán a nuestro ser en cuerpo, alma y espíritu en el orden y propósito de Dios.

Lucas cap. 8: v 16 al v 18

Nadie enciende una lámpara para cubrirla con un envase o ponerla debajo de la cama. Por el contrario, la pone en un candelero, para que los que entren vean la luz. No hay nada escondido que no salga a la luz, ni nada tan secreto que no llegue a conocerse claramente. Por tanto, fíjense bien en la manera en que escuchan. Porque al que produce se le dará, y al que no produce se le quitará hasta lo que cree tener.>
ENSAYO:
No permitamos ser engañados por lo que creemos saber, ya que lo que proyecta el Fruto del Espíritu es una luz que Jesús ha encendido en nosotros como a lámparas para que sea vista por todos, y que todo aquel que anhele también ser lámpara, se le comparta de esa luz que Jesús y su enseñanza son y pueda disipar las tinieblas en su mente y en su alma que le ha impedido ver con toda claridad la verdad que resplandece en Jesús y su enseñanza como la inconfundible voluntad de Dios.
Esta luz pondrá al descubierto lo que mucha gente quiere esconder, pensando que no es a todos a los que se les debe mostrar claramente los misterios del Reino de Dios, misterios en los que ni aun ellos mismos tienen entendimiento, por lo que es mejor estudiar, reflexionar y meditar en la enseñanza de Jesús de acuerdo al tiempo, orden y propósito de Dios para el hombre, y no de acuerdo al tiempo, orden y propósito de hombre para Dios, para que cada vez se nos permita conocer más de los misterios de Dios y no exponerse a que nos sea quitado lo poco que nos ha sido dado. Recordemos las palabras que el Señor puso en boca del profeta Isaías referente al culto que le rendía su pueblo: "Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí, sus enseñanzas no son más que mandatos de hombres."

Lucas cap. 8: v 19 al v 21

Su madre y sus parientes querían verlo, pero no podían acercársele por el gentío que había. Alguien dio a Jesús este recado: <Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren verte.> Pero Jesús respondió: <Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y le ponen por obra.>
ENSAYO:
En este pasaje, no es que Jesús esté negando a su madre ni a sus hermanos en lo natural, ¿Cómo podría hacerlo?, sino que aprovechó ese momento para dar un ejemplo de que debemos separar lo tradicional de lo espiritual, colocando éste por encima del primero como parte fundamental de su enseñanza, y solamente cuando la escuchemos y la pongamos por obra con fidelidad como la inconfundible voluntad de Dios, podremos alcanzar el nivel espiritual adecuado para sentirnos realmente como su madre o sus hermanos.

Lucas cap. 8: v 22 al v 25

Un día subió Jesús a una barca con sus discípulos. Les dijo: <Pasemos a la otra orilla del lago.> Y ellos remaron mar adentro. Mientras navegaban, Jesús se durmió. De repente, una tempestad se desencadenó sobre el lago, y la barca se fue llenando de agua, a tal punto que peligraban. Se acercaron a él y lo despertaron: <Maestro, Maestro, estamos perdidos.> Jesús se levantó y amenazó al viento y a las olas encrespadas, éstas se tranquilizaron y todo quedó en calma. Después les dijo: <¿Dónde está la fe de ustedes?>
Los discípulos quedaron llenos de temor y admiración y se decían entre ellos: <¿Quién es éste que puede mandar a los vientos y a las olas, y le obedecen.>
ENSAYO:
Para estos momentos, a través de ir estudiando, reflexionando y meditando en la enseñanza de Jesús, estamos en la posición de entender, que cuando se dice que él pasaría al otro lado del lago con sus discípulos, se está refiriendo a transitar con el hombre en su condición tradicionalmente religiosa y materialista de éste, a su condición espiritual, tránsito que indudablemente alterará su forma de vivir causándole no pocos problemas que amenacen con destruir todo lo ganado, y todo lo que esté sucediendo le haría pensar que así será, pero después nos daremos cuenta de que esto está pasando, es porque hemos dejado dormir a Jesús en nuestra mente, y cuando lo despertemos en nosotros, él se levantará y reprenderemos en su Nombre, Jesús, a todas esas fuerzas negativas que nos están inquietando y angustiando para que desaparezcan de nuestras vidas, y cuando eso suceda, Jesús volverá su rostro hacia nosotros y preguntará: ¿Dónde está la fe de ustedes? Y contestaremos, en ti Señor, porque al invocar tu Nombre, el poder de Dios se manifiesta para que todas las cosas negativas que nos inquietan y angustian al querer pasar al lado espiritual, desaparezcan en el momento. Por eso proclamamos, que tu, Jesús, eres Nuestro Señor y Salvador personal y suficiente, el Unigénito de Dios, el Amado, el Elegido, y a ti es al que debemos invocar y escuchar, mostrando de esta manera obediencia a la voluntad de Dios.

Lucas cap. 8: v 26 al v 39

Llegaron a la región de los gerasenos, que se halla al otro lado del lago, frente a la Galilea. Acababa de desembarcar, cuando de este pueblo vino a su encuentro un hombre poseído de demonios. Desde hacía mucho tiempo no se vestía, no vivía en casa, sino en las tumbas. Viendo a Jesús, se puso a gritar, cayó a sus pies y dijo en voz alta: <¿Que quieres conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te lo ruego, no me atormentes.>
Es que Jesús había mandado al espíritu malo que saliera de ese hombre. Porque, en diversas ocasiones, el espíritu se había apoderado de él y en esos momentos, por más que lo ataran con cadenas y grillos, él rompía las ataduras y el demonio lo arrastraba a lugares solitarios.
Jesús le preguntó: <¿Cuál es tu nombre?> Y él contestó: <Multitud.> Porque muchos demonios habían entrado en él, y rogaban a Jesús que no les ordenara irse al abismo. Había en ese lugar un buen número de cerdos comiendo en el cerro. Los demonios suplicaron a Jesús que les permitiera entrar en los cerdos, y él se lo permitió. Salieron, pues, del hombre, entraron en los cerdos y desde el acantilado se precipitaron al lago y se ahogaron.
Viendo lo que había pasado, los cuidadores huyeron llevando la noticia a la ciudad y a los campos. Luego la gente salió a ver que había pasado. Al llegar cerca de Jesús, encontraron al hombre del que habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido en su sano juicio. Todos se asustaron y los que habían sido testigos les contaron como el endemoniado había sido sanado. Entonces todo el pueblo del territorio de los gerasenos pidió a Jesús que se alejara de ellos, porque un miedo muy fuerte se había apoderado de ellos.
Jesús subió a la barca para volver. Entonces el hombre del que habían salido los demonios le rogaba que lo admitiera en su compañía, pero Jesús lo despidió diciéndole: <Vuélvete a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti.> Se fue, pues, publicando en la ciudad entera todo lo que Jesús había hecho por él.
ENSAYO:
Cuando se esté dando en los hombres y mujeres el cambio hacia lo espiritual, se empezarán a dar los hechos aquí relatados, pues en los momentos en que nos encontremos en ese lado espiritual, todos los que alguna vez estuvimos dominados por las tradiciones religiosas de las enseñanzas y mandatos de hombre que nos habían sumido en confusión espiritual, reconoceremos verdaderamente a Jesucristo y su enseñanza como la inconfundible voluntad de Dios, acercándonos a Jesús para que nos sea compartido lo que salva y fortalece para dejar de ser presa fácil de lo que mantiene al hombre cerca de perderse en las tumbas frías de la ignorancia de la voluntad de Dios.
Cuando rendimos nuestro libre albedrío a su voluntad, Jesús le ordena a todos los espíritus malos que nos han hecho creer que los conocimientos de sabiduría humana y las tradiciones religiosas nos han dado la facultad para acercarnos y entrar al Reino de Dios se aparten de nosotros, para que a través de Jesús y su enseñanza, podamos recibirlo sin reservas y pueda fluir libremente en nosotros, el poder, el amor y la misericordia de Dios sin límites.
En cuanto a los espíritus malos que nos hacían creer en lo anterior, serán enviados a la condición de animales que los hará perderse a si mismos en las profundidades oscuras del mar de la ignorancia de la voluntad de Dios.
Pero cuando esto se sabe, y al ver que algunos de los oprimidos se han desatado de las cadenas que los mantenían esclavizados y ciegos a la verdad espiritual, los guardianes que cuidan que nadie se libere de esas cadenas de ignorancia, sentirán miedo de que otros también se liberen de ellas al abrir sus ojos espirituales, ya que los beneficios materiales, económicos o de identidad que reciben de ellos, se verán mermados considerablemente y les será muy difícil seguir llevando su forma de vida a la ya están acostumbrados.
Por estos y otros motivos más, muchas personas pedirán que no se les de a conocer en su esencia los mandatos y enseñanza de Jesús, ya que se sienten realizados en su forma de creer en la voluntad de Dios, sin embargo, habrá algunos que siguen entre ellos, que han preferido estudiar, reflexionar y meditar en la enseñanza de Jesús como la inconfundible voluntad de Dios, y con sus acciones, palabras y actitudes, les estarán mostrando las maravilla que Dios hace en los que aceptan recibir su voluntad.

Lucas cap. 8: v 40 al v 48

Cuando regresó Jesús, lo recibió una gran multitud, porque todos estaban esperándolo. En esto se presentó un hombre llamado Jairo, que era dirigente de la sinagoga. Cayendo a los pies de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa, porque tenía una hija única, de unos doce años, que se estaba muriendo.
Mientras Jesús caminaba a casa de Jairo, la gente lo apretaba hasta casi ahogarlo. En ese momento, una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años se acercó por detrás. Había gastado en manos de los médicos todo lo que tenía y nadie la había podido mejorar. Tocó el fleco de la capa de Jesús y al instante se detuvo el derrame de sangre. Jesús preguntó: <¿Quién me ha tocado?> Como todos decían: <Yo, no>, Pedro expresó: <Maestro, es la multitud la que te aprieta y te oprime.> Jesús replicó: <Alguien me tocó; yo sentí que una fuerza salía de mi.>
Al verse descubierta, la mujer se presentó muy temerosa y, echándose a sus pies, contó delante de todos por que razón ella lo había tocado y como había quedado instantáneamente sana. El le dijo: <Hija, tu fe te ha salvado, vete en paz.>
ENSAYO:
Este hecho real aquí relatado, sirva de ejemplo para reafirmar, que la fe en Jesús en su Nombre y enseñanza, hace que todo sea posible aunque mucha gente dude de ello, pero aquel que cree que sucederán las cosas al invocar el Nombre de Jesús, así será.
Cuando un discípulo aplicado de Jesús regrese a esos lugares, mucha gente querrá conocer a través de ellos la encomienda espiritual a la que Jesús fue enviado por el Padre, incluidos muchos guardianes de lo tradicional, y así como hay una multitud deseosa de recibir a Jesús, también hay una multitud de espíritus malos al servicio del conocimiento humano tradicionalmente religioso y materialista que harán inútiles esfuerzos para impedir que aquel que quiera ser liberado se acerque y toque el manto sagrado de la Palabra de Dios confiada a Jesús.
La paciencia y decisión que viene de la fe de Dios, fortalecerá al que se acerque a él así como fue fortalecida esta mujer, para que por medio de esa fe pueda palpar un poco de la esencia espiritual de la enseñanza de Jesús y sea liberado de lo negativo que lo esté atormentando en su vida. Esta esencia espiritual de su enseñanza, es el manto sagrado con que el Padre ha cubierto a Jesús y con el que le comparte su Poder y Sabiduría, y si nos esforzamos por alcanzarlo haciendo a un lado todo lo que nos lo impide, tan sólo con alcanzar a tocar el fleco de su manto, nos hará tener la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no se ve. ¡Esto es la fe de Dios!

Lucas cap. 8: v 49 al v 56

Estaba todavía hablando, cuando alguien vino a decirle al dirigente de la sinagoga: <Murió tu hija; no molestes más al Maestro.> Pero Jesús, que lo había oído, contestó: <No temas, basta que creas y tu hija se salvará.>
Cuando llegó a la casa, no dejó entrar a nadie con él, sino a Pedro, Juan y Santiago, junto con el padre y la madre de la niña. Los demás gritaban y se lamentaban junto con las lloronas. Jesús les dijo: <No lloren; la niña no está muerta, sino que duerme.> Pero ellos se burlaron de él porque sabían que estaba muerta. Sin embargo, Jesús, tomándola de la mano, la llamó con estas palabras: <Niña, levántate.> Volvió a ella su espíritu, y en el mismo instante se levantó. Jesús ordenó que le dieran de comer, pues sus padres quedaban sobrecogidos de admiración, pero él les mandó que no le dijeron a nadie lo que había pasado.
ENSAYO:
Este hecho real aquí relatado, sirva de ejemplo para reafirmar, que la fe en Jesús en su Nombre y enseñanza, hace que todo sea posible aunque mucha gente dude de ello, pero aquel que cree que sucederán las cosas al invocar el Nombre de Jesús, así será.
Pero vayamos más allá de la percepción tradicional para saber que el punto paralelo que existe en este hecho natural con el punto espiritual, podría ser el siguiente; Muchas veces por estar sumidos en nuestras necesidades y ambiciones en forma tradicional, nos involucramos tanto en nuestros pensamientos que a veces nos olvidamos hasta de nuestros propios hijos, y permitimos que en su mente fresca e inocente, se vayan anidando los mismos conceptos que han marcado nuestra vida, los cuales ha través de llevarlos a cabo continuamente se han convertido en verdaderos, sin embargo, esos mismos conceptos, han hecho actuar en forma incoherente a nuestros hijos porque se hallan en esos momentos en un estado de confusión propio de la edad, es decir: del cambio de niños a adolescentes, en el que todo lo aprendido hasta esos momentos, no es congruente con la realidad que empiezan a conocer, lo que trae como resultado que nuestros propios hijos no nos quieran escuchar ni hacer caso de lo que les decimos, todo eso, porque están dormidos en la indiferencia, como si estuvieran muertos, pero, y aquí está el paralelo de lo anterior en lo espiritual, cuando clamamos a Jesús e invocamos su Nombre para poder despertar a nuestros hijos o a cualquier semejante que necesite ser despertado, él dirá: "Niños, Jóvenes, adultos, ancianos: ¡Levántense ! Y cuando sintamos que esto está sucediendo, deberemos alimentarlos con el Pan de Vida y el Vino Nuevo que hay en forma abundante en Jesús y en su enseñanza a través del Nuevo Testamento.

 

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