EVANGELIO DE LUCAS.

15.06.2013 12:55

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Lucas cap. 19: v 1 al v 10

Llegando a Jericó, pasaba Jesús por la ciudad. Allí había un hombre llamado Zaqueo. Era jefe de los cobradores de impuestos y muy rico. Quería ver cómo era Jesús, pero no lo alcanzaba en medio de tanta gente, por ser de baja estatura, Entonces corrió adelante y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por allí. Cuando llegó a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: <"Zaqueo, baja pronto, por que hoy tengo que quedarme en tu casa.>
Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.
Todos entonces se pusieron a criticar y a decir: <Se fue a alojar en casa de un pecador.> Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor. <Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quién he exigido algo injustamente le devolveré cuatro veces más.>
Jesús, pues, dijo al respecto: <Hoy ha llegado la salvación a esta casa; en verdad, éste también es hijo de Abraham. El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se ha perdido.>
ENSAYO:
Por lo regular, habrá personas que no han crecido espiritualmente porque se han vuelto importantes o ricos en puestos, posesiones o dinero, adquirido todo a la manera tradicional, es decir: con trabajo, desvelos y sacrificio, o buscando y aprovechando ciertas situaciones de poder adquirido o impuesto por el hombre en lo laboral o religioso.
De repente escuchan de Jesús y se suben al gran árbol que han sembrado y desarrollado en esa condición tradicionalmente religiosa y materialista que los ha hecho sentirse grandes y soberbios en sus logros por la forma en que los han alcanzado, y ven a Jesús con cierta curiosidad a través de esa condición, y algunos escucharán y obedecerán esa voz en su mente que les dice: Bájense de ese monumento construido en sus vidas que los ha hecho sentirse grandes, para acudir al llamado de Jesús y sin hacer caso de las fuertes críticas que recibirán de aquellos que los conocen y saben como se han desenvuelto hasta este momento, mostrando sincero arrepentimiento a la vez que misericordia para aquellos de quienes abusaron, devolviéndoles lo que seguramente en forma injusta les quitaron.
Haciendo esto no importará que piensen que no somos dignos de recibir su enseñanza, porque a través de ella Jesús proclama: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa; en verdad, éste también es hijo de Abraham y ahora hijo de Dios porque ha escuchado y obedecido el llamado para ser liberado de las cadenas con las que el amo de este mundo lo tenía esclavizado y se ha acercado a la cobertura de la gracia del perdón de Dios, porque el Hijo del Hombre vino a salvar la condición espiritual del ser humano que se había perdido en este mundo.

Lucas cap. 19: v 11 al v 27

Los que caminaban con Jesús y lo escuchaban estaban ya cerca de Jerusalén, y se imaginaban que el Reino de Dios se iba a manifestar de un momento a otro. Jesús, pues, les pudo este ejemplo: <Un hombre de gran familia se dirigió a un país lejano para ser nombrado rey y volver en seguida. Llamó a diez empleados suyos, les entregó a cada uno una moneda de oro y les dijo: Trabajen este dinero hasta que yo vuelva. Pero sus compatriotas lo odiaban y mandaron detrás de él una comisión encargada de decir: Nosotros no lo queremos por rey.
Cuando volvió, había sido nombrado rey. Entonces hizo llamar a los empleados a los que había entregado el dinero para averiguar cuanto había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: <Señor, tu moneda produjo otras diez.> El contestó: <Está bien servidor bueno; ya que fuiste fiel en lo poco, recibe el gobierno de diez ciudades.>
Vino el segundo y dijo: <Señor, tu moneda produjo otras cinco.> El rey contestó igualmente a éste: <También tu gobierna cinco ciudades.>
Vino el tercero y dijo: Señor, aquí tienes tu moneda. La guardé envuelta en un pañuelo porque tuve miedo de ti. Eres un hombre exigente, reclamas lo que no has depositado y cosechas lo que no has sembrado.>
Contestó el rey: <Servidor malo, te juzgo por tus propias palabras. Sabías que soy hombre exigente, que reclamo lo que no he depositado y que cosecho lo que no he sembrado, entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? A mi regreso, yo lo habría cobrado con intereses.> Y dijo el rey a los que estaban presentes: <Quítenle la moneda y dénsela al que tiene diez.>
<Pero Señor, le contestaron, ya tiene diez monedas.>
Yo les declaro que, a todo el que produce, se le dará, pero al que no produce, se le quitará aún lo que tiene.
En cuanto a mis enemigos, que no me quisieron como rey, tráiganlos acá y mátenlos en mi presencia.>
ENSAYO:
No debemos imaginar que el Reino de Dios podrá ser visible para todos de un momento a otro porque no será así, ya que si queremos alcanzarlo, deberemos de guardar fidelidad a Jesús y su Palabra que es Palabra de Dios, para que cuando él regrese en nosotros coronado como Rey, le entreguemos buenas cuentas de los talentos de oro que su Palabra representan y que nos fueron encargados por él para hacerlos producir en Dones y Fruto del Espíritu.
Sin embargo, habrá muchos que por su forma de utilizar esos talentos, se podría pensar que no desean tenerlo como su Rey, porque sus recomendaciones para utilizarlos va en contra de sus intereses materiales y en contra de sus tradiciones religiosas, por lo que van acomodando la enseñanza de Jesús, a su libre albedrío, motivando a otros a hacer lo mismo para convertirla en enseñanzas y mandatos de hombre que los seguirá manteniendo en la oscuridad de la miseria espiritual.
Es por eso que cuando Jesús vuelva como Rey envuelto en la nube de gloria del Padre y rodeado de sus santos ángeles, llamará a todos los que han sido participados de su enseñanza para guardarla y enseñarla a cumplir como la voluntad de Dios, y todos aquellos que han sido fieles a este mandato respetando los tiempos, el orden y propósito que Dios depositó en Jesús, serán reconocidos como buenos servidores, y si han sido capaces de guardar fidelidad a lo poco que recibieron, recibirán mucho más en su mente colocada en lo alto de su nivel espiritual en Dones y Fruto espiritual que los mantendrá en la abundancia de todo en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero.
Pero cuidado, ya que todo aquel que no ha guardado fidelidad al mandato de Jesús y por lo mismo no ha hecho producir los Dones y el Fruto del Espíritu, sino que ha permitido ser motivado, y motivado a otros, para producir frutos materiales como Templos de piedra y bienes físicos, envolviendo la enseñanza de Jesús con un velo para ocultar su verdadero brillo y valor, a estos les será quitada esta encomienda y le será entregada a aquel servidor que se ha comprometido con si mismo a guardar y enseñar a cumplir lo que se le encomendó, participando a otros de esa enseñanza para construir, con la valentía y autoridad que Dios otorga, a través de la fidelidad en su Palabra, el Templo de adoración a Dios en su Trinidad Santa y Perfecta.
Pero todos aquellos que no lo quisieron y respetaron como Rey, serán regresados, en presencia de Jesús, a este mundo de condenación para seguir encadenados a las tentaciones, sufrimientos y angustias, que son consecuencia de querer permanecer en las tradiciones religiosas y el materialismo en donde nunca encontrarán la paz verdadera, y sí, la tumba oscura y fría del suplicio eterno.

Lucas cap. 19: v 28 al v 40

Dicho esto, Jesús siguió su camino. Todos subían a Jerusalén y Jesús iba adelante. Cuando llegaron a Betfagé y Betania, cerca del cerro llamado de los Olivos, Jesús dijo a dos de sus discípulos. <"Vayan al pueblo que está enfrente. Al entrar encontrarán amarrado un burrito que nadie ha montado hasta ahora. Desátenlo y tráiganlo. Si alguien les pregunta: ¿Por que lo desatan?, contesten: El Señor lo necesita.>
Fueron los enviados y hallaron todo como Jesús les había dicho. Mientras soltaban el burrito, llegaron los dueños y les dijeron: <¿Por que desatan ese burrito?> Contestaron: <El Señor lo necesita.>
Llevaron, pues, el burrito a Jesús y le echaron sus capas encima para que Jesús se montara. A medida que avanzaba, la gente extendía sus mantos sobre el camino. Al acercarse a la bajada del cerro de los Olivos, la multitud de sus seguidores, llenos de alegría, se pusieron a alabar a Dios a voz en cuello por todos los milagros que habían visto. Y decían: <¡Bendito el que viene, el Rey, en Nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en lo más alto de los cielos!>
Algunos fariseos que se encontraban entre la gente dijeron a Jesús: <Maestro, reprende a tus seguidores.> Pero él contestó: <Yo les digo que si ellos se callan, las piedras gritarán.>
ENSAYO:
Quienes se están esforzando para seguir a Jesús para reencontrarse en su condición espiritual, deberán desatar de ellos toda enseñanza y mandato de hombre en las cosas de Dios que no les ha permitido ser completamente fieles a su Palabra y así poder colocarse convenientemente en ese nivel espiritual, y cuando esté dispuesto a hacerlo, no faltará quién le reclame el por qué lo está haciendo, ya que eso lo llevaría a desobedecer las normas y formas que el hombre ha dispuesto para entender y aplicar la enseñanza de Jesús y por lo consiguiente, entender la voluntad de Dios. También escucharán en su mente una voz que les dirá: ¿Por qué quieren liberar de donde está atado y que también a ustedes los tiene atados, a todo eso que le ha dado sentido a sus vidas en tradiciones religiosas bajo normas y formas y enseñanzas y mandatos de hombre en las cosas de Dios?. Y, quienes quieren obedecer a Jesús contestarán: El Señor lo necesita para que sobre todo eso coloquemos el manto de nuestro libre albedrío y voluntad humana y pueda Jesús ocupar el primer lugar sobre nuestra condición tradicionalmente religiosa y materialista y podamos ser guiados con la mano firme de su enseñanza para poder entender que todo tiene un principio y un fin, siguiendo un proceso de transformación de la materia, la misma que llevará a la esencia del hombre al sublime retorno a sus orígenes en donde fue formado, es decir: a la esencia espiritual del Ser sin principio ni fin, y en su esencia substancia y eternidad, al Ser del principio y fin de todas las cosas visibles e invisibles, al Yo-Soy el que Soy, Dios Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente en todas las cosas creadas para cumplir, cada una de ellas, en el orden y el propósito establecido, y en primer lugar el hombre, porque a él le fueron dadas atribuciones únicas entre toda la creación, pero que no ha sabido utilizarlas convenientemente, ya que en lugar de aprovechar toda la creación para retornar al Paraíso, se ha aprovechado egoístamente de toda ella y ha convertido este paraíso terrenal en un verdadero infierno, porque su mente ha sido llenada de humo para no ver la necesidad de colocar en orden las cosas de Dios, y que estas estén por encima de las cosas de hombre.
Esto podrá hacerse realidad, si reconocemos en verdad los milagros de los que todos, de alguna u otra manera, hemos sido testigos y verlos como manifestaciones reales del Poder de Dios. Entronicemos, pues, a Jesús en el centro de nuestro ser como Señor y Salvador Nuestro, alabemos a Dios a voz en cuello y digamos: "¡Bendito el que viene, el Rey, en Nombre del Señor!" "¡ Paz en el cielo y gloria en lo más alto de los cielos!" Y si alguien se atreviera a hacernos callar, Jesús dice en verdad, que si calláramos hasta las piedras gritarán con su sola presencia la grandeza y majestad de Dios en lo más alto del Cielo.

Lucas cap. 19: v 41 al v 48

Cuando estuvo cerca, al ver la ciudad, lloró por ella, y dijo: <Ojalá en este día tu también entendieras los caminos de la paz. Pero son cosas que no puedes ver ahora. Vendrán días para ti en que tus enemigos te cercarán de trincheras, te atacarán, te estrecharán por todos lados, te aplastarán contra el suelo, a ti y a tus hijos, que viven dentro de tus muros, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has reconocido el tiempo ni la visita de tu Dios.>
Entró Jesús al Templo y comenzó a expulsar a los que ahí hacían negocios. Les declaró: <Dios dice en la Escritura: Mi casa será casa de oración. Pero ustedes la han convertido en refugio de ladrones.>
Todos los días estaba en el Templo enseñando. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley buscaban cómo acabar con él, lo mismo que las autoridades de los judíos. Pero no sabían cómo hacerlo, porque el pueblo entero lo escuchaba, pendiente de sus palabras.
ENSAYO:
Jesús derramará lágrimas de tristeza por todos los que nos decimos creyentes de él, ya que a pesar de haber sido testigos de sus milagros, o inclusive, de que nosotros mismos los hemos recibido; no hemos entendido o no hemos querido hacerlo, de que para encontrar el camino de la paz que perdura, debemos de ser fieles a su Nombre, a sus mandatos y su enseñanza, reconociendo el tiempo de Jesús y la verdad de su Palabra como la expresada voluntad de Dios para evitar que nuestras malas acciones, ambiciones, soberbia, y nuestro poco conocimiento de Dios, nos sigan manteniendo en la condenación y sigamos sufriendo las consecuencias a las que inconscientemente arrastramos junto con nosotros a nuestros hijos, y todo, porque no queremos desprendernos de tradiciones, normas y formas de sabiduría humana para conocer de Dios, como si esta fuera su voluntad, y la verdad, es que el comportamiento que observamos a través de todo eso, nos ha llevado a menospreciar su voluntad porque no queremos reconocer los tiempos nuevos que le fueron encomendados a Jesucristo Nuestro Señor.
Así que solamente cuando verdaderamente nos decidamos a ser fieles a Jesús y a su Palabra, será cuando nuestra condición espiritual será separada de nuestra condición material, para que de nosotros, como casa de oración y Templo y morada de Dios en su Trinidad Santa y Perfecta, sea quitada toda tentación de comerciar con su enseñanza, situación, en la que muchos convirtieron en cuevas de ladrones porque se dedicaron a vender lo que la gracia Dios otorga al hombre fiel.
Tengamos siempre presente que nadie puede servir al mismo tiempo a Dios del amor y la misericordia y al dios dinero, ya que si así lo hiciéremos por la naturaleza del hombre se descuidaría y se adulteraría la esencia espiritual de la enseñanza que Jesús comparte al hombre a través de su enseñanza como la indiscutible voluntad de Dios..
Cuando empecemos a proclamar la Buena Nueva de Dios en su esencia espiritual, se nos irá dando a conocer cosas cada vez más reveladoras, y esto hará que todo aquel que no se encuentre en la frecuencia y sintonía espiritual a la que estamos conectados, busque la manera de que no seamos escuchados por sus discípulos, ya que lo que estamos proclamando no va de acuerdo a sus normas y formas y propósitos tradicionalmente religiosos para entender la voluntad de Dios.

 

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